El espectacular sonido del capital cultural
Antes de que pienses: «Oh no, otro artículo sobre la importancia de la cultura y cómo la aplicamos», queremos decirte que este no es ese tipo de artículo.
Con Spathas, Director de Operaciones, y Mariella Santos, Jefa de Recursos Humanos, se sentaron una tarde soleada en Málaga para conversar sobre la cultura en una empresa. Esto es lo que ocurrió.
Con Spathas: Para mí, Mariella, como cualquier receta, necesitas algunos ingredientes clave cuando se trata de cultura. Un ingrediente básico, obviamente, es la gente. Algunas empresas creen que solo necesitan reunir a un grupo de personas y, voilà, ya tienen cultura. Pero tienes que construir un sentido de comunidad entre personas que se apoyen mutuamente, que se animen en los buenos momentos y brinden apoyo genuino en los momentos no tan buenos.
Mariella Santos: Me gusta la idea de la receta. La cultura de una empresa es una de las cosas más importantes para mí. Debe crearse con un propósito; la cultura moldea todo lo que mencionaste, y es cuando un trabajo adquiere significado. También creo que la cultura impacta enormemente en el compromiso de los empleados, y ahí es donde comienza todo: un sentido de pertenencia y comunidad, comunicación y productividad.
Con: Se trata de saber que la otra persona «te respalda» y de sentirte apoyado.
Mariella: Claro, naturalmente. Y ese tipo de capital cultural comienza con la forma en que hacemos las cosas, cómo tratamos, trabajamos y nos comunicamos entre nosotros. Se incuba un ecosistema cultural basado en comportamientos y valores.
Con: La palabra «cultura» es un término de moda en la mayoría de los lugares. No es más que una casilla marcada que dice: «Bueno, hemos hecho esto, esto y esto, ahora tenemos cultura.»
Mariella: Sí, eso no funciona. No es auténtico, y es irrazonable suponer que las personas que vienen a trabajar contigo todos los días se sentirán motivadas por un cartel.
Con: Exactamente. Debemos proteger con firmeza la idea de que todos somos humanos y tenemos nuestro propio estilo único. No todos serán compatibles con todas las empresas, y eso está bien. La fortaleza de una empresa no radica solo en sus ingresos o resultados, sino también en un entorno de respeto mutuo y libertad para expresar opiniones, con la seguridad de que no serán perseguidos por hacerlo.
Esto implica construir una comunidad donde el coraje de expresar una voz y opinión respetuosa sea valorado en lugar de sofocado. Todos tenemos derecho a desahogarnos de vez en cuando, pero, en última instancia, una empresa que respeta que somos humanos nos permite cometer errores y nos da la libertad de aprender de esas experiencias.
Mariella: Estás hablando de crear una cultura donde puedes presentarte auténticamente en el trabajo, con integridad y propósito. ¿Cuáles eran los otros ingredientes en tu receta cultural, Con?
Con: Sin duda, los comportamientos y actitudes. Ahí la comunidad construye su fortaleza. Si las personas son los ladrillos, el mortero que los mantiene unidos se forma a partir de los comportamientos y actitudes que aportamos.
Notarás que no he mencionado el liderazgo hasta ahora.
Mariella: Lo he notado. El liderazgo es el otro elemento clave de un fuerte capital cultural. No puedes decir que quieres una cultura donde todos puedan ser auténticos si tienes un equipo de liderazgo que no participa en ello.
Con: Sí, el liderazgo es clave para sembrar el tipo de cultura que busca la empresa, pero la manifestación de la cultura misma pertenece a la comunidad de personas que la viven y respiran en toda la organización.
A menudo se confunde el liderazgo con una especie de deidad, capaz de crear cultura con una presentación y decir de nuevo: «¡Voilà!» La realidad, al menos para mí, es que todos en una organización son responsables de fomentar, nutrir y, sobre todo, proteger la cultura de la comunidad.
Mariella: Sí, volvemos a la integridad, el propósito y el significado.
Con: Valorar a las personas como personas, no como recursos. ¿Sonará como un cliché si menciono a nuestro CEO, Shane Paterson?
Mariella: No, porque Shane es uno de los ingredientes clave en tu analogía de la receta.
Con: Jajaja. Sí, creo que Shane es nuestra mayor arma secreta.
Mariella: ¿Podríamos decir superhéroe?
Con: ¡Mucho mejor! A decir verdad, conozco a Shane desde hace 20 años, y para mí es más que un jefe y colega. Cuando reunió por primera vez al equipo de liderazgo de Ilkari, habló desde el principio, antes de entrar en cualquier otro tema, sobre el tipo de organización que imaginaba: no crecer demasiado rápido, preparar a las personas para el éxito, nutrir y desarrollar a quienes contribuyen activamente al crecimiento y éxito de nuestra comunidad.
Mariella: Él siempre pone a las personas como nuestro superpoder.
Con: Sin duda. Su superpoder es que fue un profesional de TI hace años, por lo que ha visto muchos cambios en cómo se gestionaban y crecían las organizaciones. Valora enormemente a las personas como el núcleo de Ilkari, no solo a las personas de la empresa, sino también a las que compran nuestros productos y servicios: nuestros clientes. ¡Al fin y al cabo, ellos también son personas! Tiene una visión de una Ilkari unida: la comunidad.
Mariella: Esa es una de las razones por las que creo que Ilkari es especial. Está moldeada por cada persona en nuestra comunidad a través de tres países. Tienes una palabra para describir lo que creamos aquí y cómo construimos nuestro capital cultural.
Con: Sí. Ilkarians. Queremos que nuestra gente participe activamente en crear, promover y proteger nuestra cultura viva y en constante evolución. Queremos que crezca y se adapte, y que cada Ilkarian actúe como su guardián para mantener viva nuestra cultura fuerte y saludable. ¿Me excedí?
Mariella: Un poco. Pero eso es lo que nos encanta de ti.